
Salwan Momika, activista y asilado político de origen iraquí, fue abatido en Suecia por islamistas, mientras transmitía en directo.
El político y activista iraquí Salwan Momika, de 38 años, fue asesinado ayer en su apartamento de Södertälje, Suecia, ciudad donde residía tras solicitar asilo político debido a las persecuciones que sufrió en su país natal, Irak. Aunque Momika se declaraba ateo, lideraba un movimiento miliciano contra el Estado Islámico (ISIS) para defender a las minorías cristianas y jazidíes (el Partido Democrático), y establecer una región autónoma en áreas históricas de Irak.
La noticia del asesinato se conoció el jueves por la mañana, cuando varios medios suecos informaron que Momika estaba en un directo en TikTok justo antes de que se anunciara la sentencia por su participación en la quema de un Corán frente a la embajada de Irak en Suecia en agosto de 2023. Debido al crimen, el Juzgado de Estocolmo pospuso la sentencia hasta el 3 de febrero. El compañero de Momika en este caso, temiendo por su vida, expresó en X: «Yo soy el próximo».
Las autoridades suecas han actuado rápidamente, deteniendo a cinco personas en relación con el asesinato. Petra Lundh, jefa de la Policía Nacional, confirmó en conferencia de prensa la detención de estos individuos y el inicio de una investigación preliminar.
Un caso que tensionó hasta la OTAN
Momika se convirtió en una figura controvertida al realizar protestas que incluían la quema del Corán en sitios emblemáticos como la Mezquita de Estocolmo, la embajada iraquí y el Parlamento sueco. Estas acciones no solo le otorgaron notoriedad sino que también provocaron indignación en la comunidad islámica y desencadenaron protestas y amenazas contra él.
Sus acciones tuvieron repercusiones internacionales, siendo utilizadas por Turquía como argumento para retrasar la entrada de Suecia a la OTAN, argumentando que las protestas de Momika eran delitos de odio. A raíz de esto, Suecia se vio obligada a procesar al activista razón por la que fue condenado.
A pesar de haber perdido su permiso de residencia en octubre de 2023, Momika no pudo ser deportado a Irak por cuestiones de seguridad, recibiendo en cambio un nuevo permiso provisional de residencia en Suecia.
El asesinato de Salwan Momika no solo plantea cuestiones sobre la seguridad de los activistas en Suecia sino que también reabre el debate sobre la libertad de expresión y sus límites frente a las creencias religiosas. La comunidad internacional observa de cerca cómo se desarrollarán las investigaciones y los efectos diplomáticos del incidente.

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