La candidata al Senado por la Región Metropolitana ha recorrido todas las comunas conversando con vendedores ambulantes para compartir las iniciativas que el Partido Republicano tiene en favor del emprendimiento.
La actual vicepresidente nacional del Partido Republicano de Chile, conoce desde muy cerca el comercio ambulante. Durante años vendió en el Paseo Ahumada, para llevar el alimento a su familia: “Estamos hablando de los años 90. Comencé vendiendo poleras y distintos artículos sobre un mantelito. Muchas veces tuve que salir arrancando, me quitaron la mercadería y me llevaron detenida por no cumplir la normativa legal”, recuerda ahora.
“Por lo general los ambulantes son mal tratados. No tiene un lugar para ir al baño, pasan calor en el verano y mucho frío en el invierno, además arrancando de un lado a otro”. Esa experiencia le llevó buscar alternativas para no tener que sufrir tantas humillaciones. Así logró, organizada con otros ambulantes en Buin, una patente para trabajar en la calle, vendiendo sopaipillas y empanadas.
“Tuvimos que dar la pelea. Nos ceñimos a las reglas de pagar patente, tener boletas y un contador. Hoy en día esos carritos son los clásicos quioscos del centro de Buin”. Posteriormente consiguió comprar 2 máquinas de coser, se instaló con un taller confecciones y una lavandería con la que fue proveedora de la cadena de restaurantes Bavaria, para todo Chile.
“Llegué a tener 25 trabajadores, comprar mis cosas y pagar la educación de mis 5 hijos, que hoy son todos profesionales. Después de estar en los dos bandos, como ambulante y establecida, te digo: hay una competencia muy desleal porque el comercio establecido paga patente e IVA, y el comercio ambulante por lo general no, dada la inmediatez y necesidad de llevar mayores recursos económicos a la familia”.
En base a esta experiencia, María Gatica opina sobre la idea que lanzó Irací Hassler, alcaldesa de Santiago, de entregar permisos temporales a los vendedores ambulantes: “Por la emergencia económica que vivimos, donde muchos negocios cerraron después del Estallido, es la opción que le quedó a esa gente. Pero cuando tú trabajas en la calle, todos te miran feo, como carne de cogote. El Estado tiene que facilitar las cosas para que los que quieren trabajar lo puedan hacer legalmente, con más dignidad y seguridad, además de resguardar el comercio establecido y disminuir los robos. Porque el comercio ambulante de ahora, no es como el de los 90, que por el tema de la inmigración ha aumentado demasiado y es insostenible”, señala.
“Creo que lo mejor es organizar a los comerciantes ambulantes, entregarles lugares establecidos donde puedan vender y contar con servicios higiénicos, quizás sin pagar patente comercial por un tiempo, con IVA 0%. Pero fomentar el comercio ambulante de la forma en que lo hizo la alcaldesa de Santiago no me parece, porque ella deja desprovistos de protección al comercio establecido que aporta al estado”, concluye.
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