[COLUMNA] El origen de Halloween

Por Jorge Abasolo

Esta festividad, cada día aumentando en nuestro país, comienza en los muy antiguos pueblos celtas, habitantes de varias regiones de Irlanda, Inglaterra, Escocia y Francia. Al llegar el final del mes de octubre, realizaban una gran ceremonia para celebrar “el final de la cosecha”.

La fiesta fue bautizada con la palabra “Samhain” que significaba «el final del verano» en donde se marcaba el momento en que los días se iban haciendo más cortos y las noches más largas. Los celtas, al igual que varias culturas prehispánicas, creían que en Samhain, hoy en día conocido como Halloween, los espíritus de los muertos volvían a visitar el mundo de los mortales.

La costumbre era dejar comida y dulces fuera de sus casas y encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz. Con el crecimiento del catolicismo, esta fiesta pagana se cristianizó, y comenzó a llamarse la “Víspera de Todos los Santos”. La traducción en inglés es, “All Hallow´s Eve” de la que hay testimonios desde 1745. De ahí nació como contracción la palabra “Halloween”.

Con la inmigración europea a los Estados Unidos, principalmente la de los irlandeses católicos en 1846 debido a la gran hambruna, llegó esta tradición al continente americano. Sin embargo, la fiesta no comenzó a celebrarse masivamente hasta 1921. Ese año se celebró el primer desfile de Halloween en Minnesota y luego le siguieron otros estados.

Halloween adquirió una progresiva popularidad en las siguientes décadas. La internacionalización de Halloween se produjo a finales de los años 1970 y principios de los 1980 gracias al cine y a las series de televisión. En 1978, se estrenaba en Estados Unidos y en el mundo entero Halloween, de John Carpenter; una película ambientada en la víspera de Todos los Santos que supuso una referencia para el cine de terror de serie B; con innumerables secuelas e imitaciones. En una época en la que predominaban las festividades «paganas», los papas Gregorio III (731-741) y Gregorio IV (827-844) intentaron suplantarla por una festividad católica (Día de Todos los Santos) que fue trasladada del 13 de mayo al 1 de noviembre.

Hoy en día, Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo estadounidense y canadiense. Algunos países iberoamericanos, conociendo aún esta festividad, tienen sus propias tradiciones y celebraciones ese mismo día, aunque coinciden en cuanto a su significado: la unión o extrema cercanía del mundo de los vivos y el reino de los muertos. En Europa son muchas las ciudades en las que los jóvenes han decidido importar el modo con el que Estados Unidos concibe Halloween celebrándolo con fiestas y disfraces.

Aunque en algunos lugares, como Inglaterra, la fiesta original ha arraigado de nuevo. El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad engendrada en el cine estadounidense. La imagen de niños norteamericanos correteando por las oscuras calles disfrazados de duendes, fantasmas y demonios, pidiendo dulces y golosinas a los habitantes de un oscuro y tranquilo barrio, ha quedado grabada en la mente de muchas personas.

En esa noche los espíritus visitaban las casas de sus familiares, y para que los espíritus no les perturbasen los aldeanos debían poner una vela en la ventana de su casa por cada difunto que hubiese en la familia. Si había una vela en recuerdo de cada difunto los espíritus no molestaban a sus familiares, si no era así los espíritus les perturbaban por la noche y les hacían caer entre terribles pesadillas.

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