[OPINIÓN] El Imperio y la caída de la República

Por Jonathan Theza, abogado.

“Hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana”. Con esta mítica frase comenzaban las películas de la saga Star Wars. Esa introducción en letras azules sobre un fondo negro ya nos colocaba en disposición para disfrutar de una historia memorable. Era el palpitar de la magia venidera, de los misterios de la fuerza y la desesperada y heroica lucha de los rebeldes contra el Imperio Galáctico.

Previo a la llegada de los episodios I, II y III, muchos nos preguntábamos: ¿cómo surgió el Imperio? La respuesta es simple, y similar a todos los ejemplos de la historia de la humanidad: con un “quiebre en la democracia”, con el fin de la República que lo antecede. Ojo, no todas las repúblicas desaparecen con sangrientas batallas o alzamientos de caudillos. También pueden caer mediante la intriga, las artimañas y la conjura de unos pocos en los momentos y lugares adecuados. En la saga Star Wars, la República da lugar a un imperio debido a la supuesta amenaza de los Jedis, y la misma ineficacia del Senado al dar respuesta a los diver- sos conflictos estelares.

Volvamos a nuestra realidad chilena. Vivimos tiempos convulsionados y especiales desde octubre de 2019 en lo que conocemos como país. Nuestra vida cotidiana se ha tornado muy distinta a lo habitual, y la violencia hacen temblar las bases fundacionales y tradicionales de nuestra nación, estado y pueblo.

Ahora mismo, hay una convención constituyente “trabajan- do” en la elaboración de una nueva Constitución. En dicho estamento, con fecha 12 de agosto la subcomisión de Estruc- tura y Reglamento, la Convención decidió eliminar la frase “República de Chile” del articulado del reglamento. ¿Qué alcance posee esto? ¿dejamos de ser una república como tal? La respuesta es no, seguimos siendo una república como la conocemos, seguimos siendo una “Organización del Estado cuya máxima autoridad es elegida por los ciudadanos o por el Parlamento para un período determinado” (definición de la RAE).

¿Qué se buscaba al eliminar dicha frase del reglamento de la Convención Constitucional? A todas luces, y más allá de toda duda razonable, sentar las bases para un nuevo tipo de Estado, para una nueva organización social y jurídica basada en etnias y ascendencias, un nuevo Chile donde no todos los ciudadanos son iguales ante la ley, sino donde opere una “justicia social y reparatoria” hacia quienes se determine que deban ser beneficiados. La República, sienta sus bases en la unidad del Estado Nación, donde independiente de los oríge- nes raciales, se considera a todos los ciudadanos como parte del mismo pueblo, ya que dicho “pueblo” no se diferencia por títulos nobiliarios, razas, etnias u otras fuentes ajenas a la meritocracia.

Importante recalcar que el Artículo 135 de la Ley 21.200 (reforma constitucional que dio origen al proceso constitu- yente actual) señala que la nueva Constitución no puede cambiar su calidad de República ni cambiar el sistema demo- crático. Por lo que seguiremos siendo una república nominal- mente, pero eventualmente no tendríamos los elementos propios de una República: igualdad y unidad como nación. Así, el término República será sólo una figura decorativa en un estado plurinacional, con pueblos y naciones más iguales que otras.

¿Qué surgirá en caso de caer nuestra República como tal, en caso de pasar a ser solo letra muerta o un término abstracto y confuso para las futuras generaciones? Un Imperio lo dudo, pero sí algo muy diferente a lo que soñaron Prat, Carre- ra y O’Higgins por nombrar sólo algunos. Algo muy diferente a una “Res Pública” de participación igualitaria entre ciuda- danos. Algo muy diferente a un pueblo unido en su bandera y tradiciones.

La Alianza Rebelde de Star Wars buscaba derrocar al Impe- rio, un régimen que no daba cabida a vestigios democráticos, a opiniones diferentes, a colocar poder en individuos no selectos. Aún en condiciones precarias no dejaron de luchar por restablecer la República.

Que las fuerza nos acompañe, y Viva La República de Chile.

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